domingo, 28 de septiembre de 2008
(En la fiesta de los cincuenta años de mi padre)
Esta noche estamos aquí reunidos por un motivo muy especial, festejar el primero (esperemos de muchos) cincuentenarios de mi señor padre, también festejamos que todos los que estamos aquí gozamos de salud y podemos reunirnos, vernos de vez en cuando, reencontrarnos con las personas que queremos y en esta ocasión esto es posible gracias a mi padre; todos los que estamos aquí es porque de alguna forma queremos y apreciamos a mi papá y por eso el motivo de su cumpleaños es motivo de todos para festejar, para encontrarnos, para pasar un buen momento. Por lo que estoy aquí parado frente a ustedes es que pocas veces tenemos la oportunidad de mostrar a nuestros padres como los queremos, bueno, no es que tengamos pocas oportunidades, sino que pocas veces se presenta la ocasión especial de que nosotros como hijos podamos demostrarles a nuestros padres con lo que sabemos hacer, cuanto realmente les agradecemos y apreciamos tenerlos. No creo que sea realmente difícil mostrarlo, pero es que los padres están llenos de expectativas de sus hijos: desde que naces esperan que aprendas a caminar, que digas tus primeras palabras, que no los despiertes en la madrugada si te asustó el coco, que aprendas a ir al baño, que aprendas a hacer algo gracioso para mostrarles a sus amigos y que no te enojes cuando les cuentan lo del coco o que aprendiste a ir al baño, que seas educado, esperan que vayas a la escuela, que estudies, que hagas las tareas, salgas bien en los exámenes y que además tengas buenas calificaciones, esperan que no tengas que castigarte personas que no sean ellos y pues esperan que crezcas, que sigas saliendo bien en la escuela, que tengas tu primer novia (si eres como mi madre entonces que no la tengas), que no te pelees, que no tomes, que no fumes y que no hagas tonterías, que vuelvas antes de las 12 y que no llegues pidiendo cena, y mientras más creces tienen más expectativas de ti… que te hagas responsable de ti mismo pero que no dejes de depender de ellos, que te hagas cargo de tus hermanos pero que no te vuelvas loco en el intento, que cooperes sin chistar… que cantes en un público… A lo que quiero llegar es que los padres esperan tanto de sus hijos y nosotros recibimos tanto de ustedes que tememos no llenar las expectativas, aunque sin darnos cuenta lo único que los padres quieren es que salgas adelante, todas las expectativas anteriores son por nuestro bien y para que salgamos adelante; supongo que la mayor alegría para los padres es tener la dicha de ver crecer a sus hijos, nosotros como hijos solo nos adaptamos a lo que nos dan, y a veces pedimos más libertad para poder demostrarles que podemos con más, para darles una mayor alegria.
(Bueno, ya termine mi pequeña introducción. No es cierto. Bueno, si es cierto pero no me alargare mucho más) solo quiero aprovechar el micrófono para agradecer a mi papá todo lo que ha hecho por mí, pero más que nada todo lo que he podido aprender de él; una de las anécdotas favoritas de mis padres es cuando llegué a casa después de uno de mis primeros días de kínder, llegue frente a mi padre y con ese entusiasmo y curiosidad precoz que suelen mostrar los niños le pregunte: ¿Qué es ciencia papá? Si, esa fue la cara de mi papá… aun así, ál no se dio por vencido ni trato de mentirme como hacen algunos padres ante las preguntas indiscretas de los niños; a final de cuentas y de muchos intentos fallidos de tratar de explicarme, me llevó con una maestra de ciencias para que me explicara qué era esa cosa tan difícil de explicar, la maestra mostrando su profesionalismo lo explico de manera tal que al finalizar solo respondí: ¿Qué es ciencia?... claro que tiempo después tuve la oportunidad de saber que era, sigo sin entenderlo del todo, pero en fin, no creo que muchos científicos lo puedan entender del todo. Lo importante de esto no fue que yo supiera que era ciencia, si no que yo aprendí que mi padre estaría ahí para explicarme todo lo nuevo que descubriera del mundo, y que si no podía explicarlo me mandaría con un maestro (ahora entiendo porque tenemos que ir a la escuela). También aprendí que a pesar de todo el estaría a mi lado, y le agradezco de todo corazón que siga estando ahí, no sabria que hacer sin él. Algo que quiero agradecer mucho es que él aprendió pronto que lo importante no era no dejar caer a sus hijos, nadie quiere ver sufrir a sus hijos, pero el comprendió que solo asi cada uno pudo aprender de sus errores y ser mejor persona, nunca se enojó, nos enseño a trabajar y nos dejo fallar en el trabajo así nos enseño algo más importante, reparar lo que hicimos mal; nos enseñó a ganar nuestro dinero y además nos dejo malgastarlo, solo asi aprendimos a valorar realmente el dinero; nos enseño a manejar y cuando chocamos solo nos dijo: “pero sigues vivo, ya es ganancia”, nunca se enojó y nosotros aprendimos a ser conductores responsables; nos enseño a cocinar, y nos dejo quemar la comida para decirnos que no importaba, que no se acababa el mundo y que había más que cenar, pero que había que cocinar de nuevo, y si se quemaba no importa, hay que seguir adelante… te admiro mucho papá, soportaste el sufrimiento de vernos equivocarnos para que pudiéramos aprender a vivir, eso solo lo hace un gran padre. En lugar de no dejarnos caer siempre estuviste para ayudarnos a levantarnos, y esa es la lección más importante que un padre le puede enseñar a su hijo, eso hace que todo valga la pena, eso hace que el mundo se siga moviendo, nunca me enseñaste a rendirme, tu nunca te rendiste y nunca me dejaste que yo lo hiciera, muchas gracias por todo papá.
Para terminar, voy a cantar una canción que compuse con todo mi cariño para mi padre, para el hombre, porque es realmente un hombre, recto, hecho y derecho, un señor, que me vio nacer y me tuvo en sus brazos, quien escucho mis primeras palabras, quien vio mis primeros pasos y me enseño a caminar por la vida, quien lloró para sí mismo en momentos difíciles pero a los demás siempre nos mostro una sonrisa de esperanza; para quien hasta hoy ha merecido mi respeto y todos mis logros, para el hombre de sonrisa difícil, mirada profunda, pies incansables y el corazón más noble que jamás haya podido conocer, para ti mi querido padre.
Esta noche estamos aquí reunidos por un motivo muy especial, festejar el primero (esperemos de muchos) cincuentenarios de mi señor padre, también festejamos que todos los que estamos aquí gozamos de salud y podemos reunirnos, vernos de vez en cuando, reencontrarnos con las personas que queremos y en esta ocasión esto es posible gracias a mi padre; todos los que estamos aquí es porque de alguna forma queremos y apreciamos a mi papá y por eso el motivo de su cumpleaños es motivo de todos para festejar, para encontrarnos, para pasar un buen momento. Por lo que estoy aquí parado frente a ustedes es que pocas veces tenemos la oportunidad de mostrar a nuestros padres como los queremos, bueno, no es que tengamos pocas oportunidades, sino que pocas veces se presenta la ocasión especial de que nosotros como hijos podamos demostrarles a nuestros padres con lo que sabemos hacer, cuanto realmente les agradecemos y apreciamos tenerlos. No creo que sea realmente difícil mostrarlo, pero es que los padres están llenos de expectativas de sus hijos: desde que naces esperan que aprendas a caminar, que digas tus primeras palabras, que no los despiertes en la madrugada si te asustó el coco, que aprendas a ir al baño, que aprendas a hacer algo gracioso para mostrarles a sus amigos y que no te enojes cuando les cuentan lo del coco o que aprendiste a ir al baño, que seas educado, esperan que vayas a la escuela, que estudies, que hagas las tareas, salgas bien en los exámenes y que además tengas buenas calificaciones, esperan que no tengas que castigarte personas que no sean ellos y pues esperan que crezcas, que sigas saliendo bien en la escuela, que tengas tu primer novia (si eres como mi madre entonces que no la tengas), que no te pelees, que no tomes, que no fumes y que no hagas tonterías, que vuelvas antes de las 12 y que no llegues pidiendo cena, y mientras más creces tienen más expectativas de ti… que te hagas responsable de ti mismo pero que no dejes de depender de ellos, que te hagas cargo de tus hermanos pero que no te vuelvas loco en el intento, que cooperes sin chistar… que cantes en un público… A lo que quiero llegar es que los padres esperan tanto de sus hijos y nosotros recibimos tanto de ustedes que tememos no llenar las expectativas, aunque sin darnos cuenta lo único que los padres quieren es que salgas adelante, todas las expectativas anteriores son por nuestro bien y para que salgamos adelante; supongo que la mayor alegría para los padres es tener la dicha de ver crecer a sus hijos, nosotros como hijos solo nos adaptamos a lo que nos dan, y a veces pedimos más libertad para poder demostrarles que podemos con más, para darles una mayor alegria.
(Bueno, ya termine mi pequeña introducción. No es cierto. Bueno, si es cierto pero no me alargare mucho más) solo quiero aprovechar el micrófono para agradecer a mi papá todo lo que ha hecho por mí, pero más que nada todo lo que he podido aprender de él; una de las anécdotas favoritas de mis padres es cuando llegué a casa después de uno de mis primeros días de kínder, llegue frente a mi padre y con ese entusiasmo y curiosidad precoz que suelen mostrar los niños le pregunte: ¿Qué es ciencia papá? Si, esa fue la cara de mi papá… aun así, ál no se dio por vencido ni trato de mentirme como hacen algunos padres ante las preguntas indiscretas de los niños; a final de cuentas y de muchos intentos fallidos de tratar de explicarme, me llevó con una maestra de ciencias para que me explicara qué era esa cosa tan difícil de explicar, la maestra mostrando su profesionalismo lo explico de manera tal que al finalizar solo respondí: ¿Qué es ciencia?... claro que tiempo después tuve la oportunidad de saber que era, sigo sin entenderlo del todo, pero en fin, no creo que muchos científicos lo puedan entender del todo. Lo importante de esto no fue que yo supiera que era ciencia, si no que yo aprendí que mi padre estaría ahí para explicarme todo lo nuevo que descubriera del mundo, y que si no podía explicarlo me mandaría con un maestro (ahora entiendo porque tenemos que ir a la escuela). También aprendí que a pesar de todo el estaría a mi lado, y le agradezco de todo corazón que siga estando ahí, no sabria que hacer sin él. Algo que quiero agradecer mucho es que él aprendió pronto que lo importante no era no dejar caer a sus hijos, nadie quiere ver sufrir a sus hijos, pero el comprendió que solo asi cada uno pudo aprender de sus errores y ser mejor persona, nunca se enojó, nos enseño a trabajar y nos dejo fallar en el trabajo así nos enseño algo más importante, reparar lo que hicimos mal; nos enseñó a ganar nuestro dinero y además nos dejo malgastarlo, solo asi aprendimos a valorar realmente el dinero; nos enseño a manejar y cuando chocamos solo nos dijo: “pero sigues vivo, ya es ganancia”, nunca se enojó y nosotros aprendimos a ser conductores responsables; nos enseño a cocinar, y nos dejo quemar la comida para decirnos que no importaba, que no se acababa el mundo y que había más que cenar, pero que había que cocinar de nuevo, y si se quemaba no importa, hay que seguir adelante… te admiro mucho papá, soportaste el sufrimiento de vernos equivocarnos para que pudiéramos aprender a vivir, eso solo lo hace un gran padre. En lugar de no dejarnos caer siempre estuviste para ayudarnos a levantarnos, y esa es la lección más importante que un padre le puede enseñar a su hijo, eso hace que todo valga la pena, eso hace que el mundo se siga moviendo, nunca me enseñaste a rendirme, tu nunca te rendiste y nunca me dejaste que yo lo hiciera, muchas gracias por todo papá.
Para terminar, voy a cantar una canción que compuse con todo mi cariño para mi padre, para el hombre, porque es realmente un hombre, recto, hecho y derecho, un señor, que me vio nacer y me tuvo en sus brazos, quien escucho mis primeras palabras, quien vio mis primeros pasos y me enseño a caminar por la vida, quien lloró para sí mismo en momentos difíciles pero a los demás siempre nos mostro una sonrisa de esperanza; para quien hasta hoy ha merecido mi respeto y todos mis logros, para el hombre de sonrisa difícil, mirada profunda, pies incansables y el corazón más noble que jamás haya podido conocer, para ti mi querido padre.
De pies incansables
Para aquel, para aquel que me vio nacer
al que me tuvo en sus brazos
Y nunca me dejo de querer
Para aquel quien escuchó
Mis primeras palabras
Quien vio mis primeros pasos
Y me enseño a caminar
Y caer, pero nunca, nunca rendirme
Para ti, estos versos y mil gracias
Hombre de pocas palabras
Pero de mucha razón
Nunca me diste la espalda
Siempre mostraste tu amor
Hombre de sonrisa difícil
de mirada profunda y de pies incansables
hombre que nunca se cansa
que siempre levanta y de gran corazón
ese es mi padre..
Para el hombre, para el hombre hecho y derecho
Quien lloró para si mismo
Los tiempos difíciles
Y mostró una sonrisa
Para los demás
Para el hombre que me enseñó a volar
Y caer, pero nunca, nunca rendirme
Para ti, estos versos y mil gracias
Hombre de pocas palabras
Pero de mucha razón
Nunca me diste la espalda
Siempre mostraste tu amor
Hombre de sonrisa difícil
de mirada profunda y de pies incansables
hombre que nunca se cansa
que siempre levanta y de gran corazón
ese es mi padre..
Para ti papa que siempre nos diste todo sin pedirnos nada, para ti papa que nos diste todo: ropa, calzado, educación, pero lo más importante que nos diste fue la vida, la oportunidad de vivir, y no solo eso, nos enseñaste a andar por la vida y nos has convertido en buenas personas, personas de bien, en personas que valen la pena, gracias a tu ejemplo, gracias por todo, gracias a ti papá.
